As GGJ’s members unequivocally condemn the appointment of Justice Amy Coney Barrett, our grassroots feminist movements continue to fight for women’s bodily autonomy and LGBTQ rights.

    

Kitzia Esteva-Martinez, Grassroots Feminisms National Organizer 

We are in the last push of a decisive historic election with devastating or visionary implications for Black, Indigenous, and women of color and gender non-conforming (GNC) people in our communities. This year a raging global pandemic has already cost women and femmes globally their lives, livelihoods and placed a staggering burden on reproductive labor at home. From “mass hysterectomies” at ICE detention centers, to the outrageous denial of justice on Breonna Taylor’s murder, to the killing of Vanessa Guillen: the structural violence against women and LGBT people is accelerating and becoming more deadly. 

All this as we decry the appointment of Amy Coney Barrett as a supreme court justice, a woman who is transphobic and a threat to LGBT and reproductive rights. 

Amy Coney Barrett’s appointment increases our urgency to confront forces that disregard bodily autonomy of women. We know that this appointment establishes a new status quo of anti-democratic usurping of power. It undermines the already tenuous checks and balances that exist inside institutional power structures. This presidential election will have lasting impact on our communities. And we must be prepared to coordinate and build beyond this moment in a way that allows communities to resist together and thrive.

Our diverse grassroots feminist movement continues to gear up for what is to come.  

The Matahari Women Workers’ Center knows firsthand the importance of organizing against the courts’ rollback of women’s and worker rights. In June this year, Matahari defeated an attempt to exempt au pairs in Massachusetts from state minimum wage, overtime, and other labor protections. Matahari team believes in the the critical need to build collective power: “When marginalized groups are able to engage in arenas of public debate, their voices work to reverse historic oppression and assert that all people, especially the most excluded, are entitled to equal rights, dignified lives, and the opportunity to participate in movements for social justice,” they wrote.  

Freedom, Inc. (FI) is a Black and Southeast Asian base building organization that works with low- to no-income communities of color in Madison, Wisconsin. FI develops the leadership of these communities to fight at the intersections of  gender justice, queer rights, and Black and Southeast Asian liberation. As a swing state, Wisconsin, has experienced the impact of conservatives downplaying the impact of COVID -19 for political gain. FI has been working arduously to condemn the republican controlled legislature and the courts that are aiding them in putting profit over the survival of Black and immigrant communities during the pandemic. FI is also working doubly to ensure impacted communities turn up to vote, and they are also creating election defense plans to prevent racialized voter suppression. The communities they organize understand the values of reproductive justice, queer justice and abolition are all at stake in these elections. Mahnker Dahnweih, Community Power Building Coordinator, said: Regardless of who wins on November third, we must come together as a people to gain political power. Black Womxn, immigrants, refugees, queer, trans, intersex, and gender non-conforming folx are still experiencing violence everyday. Election day is just one point on the continuum of our struggle for liberation.”

Since the late spring, mass mobilizations of frontline communities, with the leadership of queer Black women, are demanding a powerful transformation and abolition of the punitive carceral system to defend the liberation of all people. We are increasingly witnessing Black feminist abolition principles become a practice through radical demands to defund the police and abolish ICE and the prison industrial complex. We will continue to demand justice and build our grassroots feminist visions, tomorrow at the ballot box, and the days after on the streets. And yes, we will keep on marching until all of us are free.


Después del usurpador nombramiento de Amy Barrett, los movimientos feministas de base marchan hacia la justicia y la dignidad

Mientras los miembros de GGJ condenan inequívocamente el nombramiento de la jueza Amy Coney Barrett, nuestros movimientos feministas de base continúan luchando por la autonomía corporal de las mujeres y los derechos de la gente LGBTQ.

Kitzia Esteva-Martinez, Organizader Nacional de Feminismos de Base  

Estamos en el último impulso de una elección histórica decisiva con implicaciones devastadoras o visionarias para las mujeres negras, indígenas y de color y las personas de género no conforme (GNC) en nuestras comunidades. Este año, una terrible pandemia mundial ya ha costado a la gente denominada  femenina las mujeres en todo el mundo sus vidas y sus medios de subsistencia y ha supuesto una carga abrumadora para el trabajo reproductivo en el hogar. Desde “histerectomías masivas” en los centros de detención de ICE, hasta la pasada denegación de justicia por el asesinato de Breonna Taylor y el asesinato de Vanessa Guillen: la violencia estructural contra las mujeres y las personas LGBT se está acelerando y volviéndose más mortal.

Todo esto mientras denunciamos el nombramiento de Amy Coney Barrett como juez de la Corte Suprema, una mujer quien es transfobia y una amenaza para los derechos LGBT y reproductivos. 

El nombramiento de Amy Coney Barret aumenta nuestra urgencia de confrontar a las fuerzas políticas conservadoras y pro fascistas que rechazan la autonomía corporal de las mujeres. Tenemos claro que este nombramiento establece un nuevo status quo de prácticas antidemocráticas de usurpación del poder por parte de los conservadores. Socava los ya débiles controles y equilibrios que existen dentro de las estructuras institucionales de poder. Esta elección presidencial tendrá un impacto duradero en nuestras comunidades. Y debemos estar preparados para coordinar y construir más allá de este momento de una manera que permita a las comunidades resistir juntas y prosperar.

Nuestro diverso movimiento feminista de base continúa preparándose para lo que está por venir.

El Centro de Trabajadoras Matahari conoce de primera mano la importancia de organizarse contra el retroceso de los derechos de las mujeres y los trabajadores por parte de los tribunales. En junio de este año, Matahari derrotó un intento en Massachusetts de eliminar derechos para las au pairs del salario mínimo estatal, las horas extras y otras protecciones laborales. El equipo de Matahari cree en la necesidad crítica de construir un poder colectivo: “Cuando los grupos marginados pueden participar en foros de debate público, sus voces trabajan para revertir la opresión histórica y afirman que todas las personas, especialmente las más excluidas, tienen los mismos derechos. , vidas dignas y la oportunidad de participar en movimientos por la justicia social ”, escribieron.

Freedom, Inc, (FI) es una organización de construcción de base Negray del sudeste asiático que trabaja con comunidades de color de bajos o nulos ingresos en Madison, Wisconsin. FI desarrolla el liderazgo de estas comunidades para luchar en las intersecciones de la justicia de género, los derechos LGTB y la liberación negra y de la gente del sudeste asiático. Como estado en contienda, Wisconsin ha experimentado el impacto de los conservadores que minimizan el impacto del COVID -19 para obtener beneficios políticos. FI ha estado trabajando arduamente para condenar a la legislatura controlada por los republicanos y los tribunales que les están permitiendo poner los fines de lucro capitalista por encima de la supervivencia de las comunidades Negras e inmigrantes durante la pandemia. FI también está trabajando doblemente para garantizar que las comunidades afectadas se presenten a votar, y también están creando planes de defensa electoral para prevenir la supresión racializada de votantes. Las comunidades que organizan entienden que los valores de la justicia reproductiva, la justicia LGBT y la abolición están en juego en estas elecciones. Mahnker Dahnweih, Coordinadora de Construcción de Poder Comunitario, dijo: “Independientemente de quién gane el 3 de noviembre, debemos unirnos como pueblo para ganar poder político. Las mujeres negras, inmigrantes, refugiados,LGBT , trans, intersex y  de género no conforme todavía sufren violencia todos los días. El día de las elecciones es solo un punto en la continuidad de nuestra lucha por la liberación.”

Desde finales de la primavera, las movilizaciones masivas de las comunidades de primera línea, con el liderazgo de mujeres Negras, exigen una poderosa transformación y abolición del sistema carcelario punitivo para defender la liberación de todas las personas. Cada vez más, somos testigos de que los principios de abolición de las feministas Negras se convierten en una práctica a través de demandas radicales para desfinanciar a la policía y abolir el ICE y el complejo industrial de prisiones. Seguiremos exigiendo justicia y construyendo nuestras visiones feministas de base, mañana en las urnas y días después en las calles, y sí, seguiremos marchando hasta que todes seamos libres.