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“It is critical that we lend our support to the Cuban people and condemn the immoral tightening of the restrictions on trade during a public health crisis caused by COVID-19. We have to raise our voices even louder to demand an end to the blockade, which has worsened the suffering of Cubans. We must also insist that there is no U.S. intervention and that Cuban sovereignty is respected as the people determine the direction of their country and address the contradictions to move to a more just society,” said Ajamu Dillahunt of Black Workers for Justice, a GGJ member.
GGJ stands with the people of Cuba and peoples around the world demanding an immediate end to these inhumane and crushing sanctions, imposed by the U.S. over the past 60 years. Cuba, an island of 11 million people, is currently reeling from food insecurity, power outages, and a shortage of medicines during a searing pandemic―a direct result of U.S. sanctions that have blocked access to essential supplies like fuel and food. We condemn manipulative efforts by the U.S. that uses this pandemic moment as an opportunity to destabilize Cuba and justify more intervention.
As grassroots movements in the U.S., we have decades of deep solidarity with social movements and the people in Cuba, building relationships of mutual aid and learning around the complexities and tremendous achievements of the ongoing socialist project. This includes the incredible success of Cuba’s COVID-19 vaccines and healthcare efforts in their own country and beyond―offering solidarity across the Americas and the world. As part of this process, we strongly uphold the self-determination of Cuban people to hold their own government accountable on their own terms and to continue to pave the way for their social experiment, without intervention from the U.S. or other imperialist forces.
As grassroots feminists, we know that the debilitating sanctions imposed on Cuba and tightened under Trump have criminally and devastatingly directed harm on the material and lived realities of children, caregivers, and communities. The U.S. embargo against Cuba is among the longest in modern history. Each year since 1992, the United Nations General Assembly has passed a resolution to end this inhumane economic blockade, with Israel and the U.S. repeatedly thwarting this resolution. A 2018 UN report revealed that the unjust U.S. trade and financial embargo had cost the Cuban people nearly $130 billion, leaving an “indelible mark on its economic structure.” While the Obama administration tried to ease some restrictions, Trump instituted over 200 measures, intensifying the suffering of Cubans. Meanwhile, Biden has imposed new sanctions on Cuban officials despite his campaign promise to lift them.
“Cuba has been under a state of war for over 60 years. The belligerence has been one-sided, however; for it is the U.S. that is at war with Cuba, a small island nation of 11 million, not Cuba with the U.S. The U.S. is obsessed with Cuba and will not let her live in peace. Why? For daring to break free of its neocolonial shackles and assert its independence, sovereignty, and self determination. Thirteen American presidents have waged a nasty multifaceted war against this country which puts the social welfare of its people first. Each of these presidents has failed to break the will of the Cuban people. Cuba does not present a military nor an economic threat to the U.S., but a moral one, for Cuba demonstrates by example that another way of living is possible. Let Cuba live. End the blockade,” shared Jovanni Reyes of About Face: Veterans Against the War.
It is time to forge a new path with U.S.-Cuba relations―one that promotes human rights and peace, and respects the self-determination of Cubans. GGJ joins the global call of more than 400 former politicians, artists, and scholars urging Biden to ‘Let Cuba Live!’ and lift “the 243 unilateral sanctions imposed on Cuba during the administration of Donald Trump, which have greatly aggravated the economic situation on the island.”
COVID-19 has revealed just how deeply interconnected we are. We must transform our foreign policy from an imperialist ideology and move towards one that centers justice, human rights, and planetary wellbeing.
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Biden: Ponga fin inmediato al injusto bloqueo estadounidense contra Cuba
“Es fundamental que demos nuestro apoyo al pueblo cubano y condenemos el endurecimiento inmoral de las restricciones al comercio durante una crisis de salud pública causada por el COVID-19. Debemos alzar nuestras voces aún más para exigir el fin del bloqueo, que ha agravado el sufrimiento del pueblo cubano. También debemos insistir en que no haya intervención estadounidense y que se respete la soberanía cubana mientras el pueblo determina la dirección de su país y aborda las contradicciones para avanzar hacia una sociedad más justa,” dijo Ajamu Dillahunt de Black Workers for Justice, miembro de GGJ.
GGJ apoya al pueblo de Cuba y a los pueblos de todo el mundo, exigiendo el fin inmediato de estas sanciones inhumanas y aplastantes, impuestas por EE. UU. durante los últimos 60 años. Cuba, una isla de 11 millones de habitantes, sufre actualmente por inseguridad alimentaria, cortes de energía y escasez de medicamentos durante una pandemia devastadora―resultado directo de las sanciones estadounidenses que han bloqueado el acceso a suministros esenciales como el combustible y los alimentos. Condenamos los esfuerzos manipuladores de Estados Unidos que aprovecha este momento de pandemia como oportunidad para desestabilizar a Cuba y justificar más intervenciones.
Como movimientos de base en EE.UU., hemos mantenido solidaridad profunda durante décadas con los movimientos sociales y el pueblo en Cuba, creando relaciones de ayuda mutua y aprendiendo sobre las complejidades y enormes logros del proyecto socialista en curso. Esto incluye el éxito increíble de las vacunas contra el COVID-19 en Cuba y los esfuerzos por la salud en su propio país y más allá―ofreciendo solidaridad en las Américas y por todo el mundo. Como parte de este proceso, defendemos firmemente la libre determinación del pueblo cubano para responsabilizar a su propio gobierno bajo sus propios términos y seguir abriendo camino en su experimento social, sin la intervención de Estados Unidos ni otras fuerzas imperialistas.
Como feministas de base, sabemos que las debilitantes sanciones impuestas a Cuba y empeoradas bajo Trump han causado un daño criminal y devastador en las realidades materiales y las vidas de lxs niñxs, cuidadorxs y comunidades. El embargo de Estados Unidos contra Cuba es uno de los más largos de la historia moderna. Cada año desde 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución para poner fin a este bloqueo económico inhumano, mientras Israel y Estados Unidos frustran esta resolución una y otra vez. Un Informe de la ONU de 2018 reveló que el injusto embargo comercial y financiero de Estados Unidos le había costado al pueblo cubano casi 130 mil millones de dólares, dejando una “huella imborrable en su estructura económica”. Aunque la administración Obama trató de aliviar algunas restricciones, Trump instituyó más de 200 medidas que intensificaron el sufrimiento cubano. Ahora, Biden ha impuesto nuevas sanciones a funcionarixs cubanxs a pesar de que prometió retirarlas durante su campaña.
“Cuba ha estado bajo un estado de guerra por más de 60 años. Sin embargo, la beligerancia ha sido unilateral; porque es Estados Unidos que está en guerra con Cuba, una pequeña nación insular de 11 millones, no Cuba con Estados Unidos. Estados Unidos está obsesionado con Cuba y no la deja vivir en paz. ¿Por qué? Por atreverse a liberarse de sus cadenas neocoloniales y afirmar su independencia, soberanía y autodeterminación. Trece presidentes norteamericanos han librado una guerra sucia en muchos frentes contra este país que prioriza el bienestar social de su pueblo. Ninguno de estos presidentes ha logrado quebrar la voluntad del pueblo cubano. Cuba no representa una amenaza militar ni económica para EE.UU., sino una amenaza moral, porque Cuba demuestra con el ejemplo que es posible vivir de otra forma. Que viva Cuba. Poner fin al bloqueo,” dijo Jovanni Reyes de About Face: Veteranxs Contra la Guerra.
Es hora de abrir un nuevo camino en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba―uno que promueva los derechos humanos y la paz, y respete la libre determinación del pueblo cubano. GGJ se une al llamado global de más de 400 ex políticxs, artistas y académicxs que urgen a Biden que ‘¡Deje vivir a Cuba!’ y levante “las 243 sanciones unilaterales impuestas a Cuba durante la administración de Donald Trump, que han empeorado gravemente la situación económica de la isla.”
COVID-19 ha revelado la profunda interconexión entre nuestros pueblos. Debemos transformar nuestra política exterior, alejarnos de la ideología imperialista y avanzar hacia una ideología centrada en la justicia, los derechos humanos y el bienestar del planeta.
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